El escenario actual de cambio climático, la escasez de agua y las altas temperaturas son dos de las condiciones ambientales adversas que, con más probabilidad, van a aumentar su incidencia en los próximos años. Aparte de sus efectos nocivos directos sobre el desarrollo y la productividad de los cultivos, estas condiciones también afectan al entorno biótico, aumentando el daño infligido por plagas.
En este contexto, un equipo de investigación de la Universitat Jaume I liderado por el profesor Vicent Arbona y Miguel González Guzmán, investigador Ramón y Cajal, ambos del Área de Bioquímica y Biología Molecular, ha conseguido, dentro del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020, un proyecto para investigar los mecanismos de respuesta frente a la incidencia simultánea del estrés hídrico, las altas temperaturas y la infestación por ácaros en el tomate cultivado. Además, se identificarán los rasgos derivados del tomate silvestre que pueden aportar una mayor tolerancia a estos estreses.
En el proyecto, que cuenta con una financiación de 187.550 euros, se emplearán poblaciones de líneas de introgresión del tomate silvestre en el genoma de tomate cultivado que se caracterizarán para identificar las líneas más tolerantes y su conexión con cambios moleculares, hormonales y metabólicos específicos.
Estos cambios se analizarán más a fondo mediante un análisis de redes de coexpresión, las cuales permitirán identificar hubs genéticos potencialmente involucrados en la reprogramación transcripcional y metabólica, modulando, conectando o interactuando con diferentes vías de señalización hormonal.