En diciembre de 2017 Naciones Unidas proclamó 2019 como Año Internacional de la Täbla Periódica de los Elementos Químicos IYPT2019 con motivo del 150 aniversario del reconocimiento de las propiedades predictivas de los elementos y sus compuestos por parte del científico ruso Dmitri Mendeléyev en 1869.
De los 63 elementos iniciales de Mendeléyev, la tabla cuenta ahora con 118 que abarcan desde los más conocidos, como el hidrógeno, a los más opacos, como el praseodimio.
El objetivo del Año Internacional de la Tabla Periódica es reconocer la función crucial que desempeñan los elementos químicos y, por extensión, la ciencia química de manera global, para el desarrollo sostenible y para el progreso de la humanidad
La Tabla Periódica de los Elementos Químicos es un registro en el que los elementos químicos aparecen ordenados según su número atómico (número de protones). Se trata de una disposición que muestra tendencias periódicas y reúne por columnas a aquellos con un comportamiento similar.
Es una herramienta única, que permite a los científicos predecir la apariencia y las propiedades de la materia en la Tierra y el resto del universo.
Más allá de su papel crucial en el ámbito químico, la Tabla Periódica trasciende a otras disciplinas, como la física y la biología, y se ha convertido en un icono del lenguaje universal de la Ciencia y de la Cultura.
La Tabla Periódica de los Elementos Químicos es un registro en el que los elementos químicos aparecen ordenados según su número atómico (número de protones). Se trata de una disposición que muestra tendencias periódicas y reúne por columnas a aquellos con un comportamiento similar.
Es una herramienta única, que permite a los científicos predecir la apariencia y las propiedades de la materia en la Tierra y el resto del universo.
Más allá de su papel crucial en el ámbito químico, la Tabla Periódica trasciende a otras disciplinas, como la física y la biología, y se ha convertido en un icono del lenguaje universal de la Ciencia y de la Cultura.
A mediados del siglo XIX ya se conocían en el ámbito científico 63 elementos, pero los químicos no se ponían de acuerdo sobre su terminología ni sobre cómo ordenarlos.
Para intentar resolver estas cuestiones, se organizó en 1860 el primer Congreso Internacional de Químicos en Karlsruhe (Alemania), una reunión que resultaría trascendental, pues allí el italiano Stanislao Cannizzaro estableció el concepto de «peso atómico» (masa atómica relativa de un elemento), hecho que serviría de inspiración para tres jóvenes participantes en el congreso: William Odling, Julius Lothar Meyer y Dmitri Ivánovich Mendeléyev, autores de las primeros sistemas de organización de elementos químicos.
La genialidad de Mendeléyev reside en que fue capaz de clasificar por orden creciente de peso atómico los elementos hasta entonces descubiertos con la peculiaridad de colocar en la misma columna aquellos que poseían propiedades químicas similares pero conservando HUECOS en su tabla. ¿Por qué? Porque era un visionario y fue capaz de prever la existencia de elementos hasta entonces desconocidos y calcular el lugar de la tabla en el que deberían incluirse en el futuro según sus propiedades.
Oficialmente, Mendeléyev culminó su tabla el 1 de marzo de 1869 (según el calendario gregoriano) pero en aquella época, esta fecha correspondería al 17 de febrero del calendario juliano, el que se utilizaba por entonces en Rusia, fecha que aparece reflejada en el documento de Mendeléyev titulado La experiencia de un sistema de elementos basados en su peso atómico y similaridad química.
Foto: Archivo/Wiki
Cuenta la leyenda que aquel día Mendeléyev soñó la idea de crear un sistema periódico de los elementos, aunque en una ocasión reconoció públicamente que llevaba con esta idea en la cabeza 20 años, hasta que se le ocurrió cómo llevarla a cabo.
Aún así, la tabla de Mendeléyev y la actual no son exactamente iguales, pues ha habido elementos descubiertos posteriormente para los que la tabla no reservaba un lugar predeterminado, y en la actual, adoptada en el siglo XX, se han situado elementos también en filas horizontales según su similitud, además del sistema primigenio de columnas.