Repsol decidió hace unos meses invertir en mejorar sus instalaciones, con la instalación de un nuevo reactor fase gas para la fabricación de polipropileno (PP) de alta resistencia al impacto destinado al sector de automoción. Con estos grados se podrá reducir el peso de los vehículos mejorando su huella medioambiental y aumentando significativamente la resistencia al impacto que protege el interior del habitáculo, aumentando la seguridad de los pasajeros.
Esta inversión es especialmente destacable, en estos momentos de dificultad para el sector automoción, en el que muchas compañías están reduciendo inversiones. Repsol apuesta por continuar creciendo en un segmento tan tecnificado y retador, en el que lleva ya más de 20 años operando.
Con esta apuesta, la compañía aumentará la oferta de grados de polipropileno de “Very High Impact” (alta resistencia al impacto) para aplicaciones como paneles de puertas, paneles de instrumentos, consolas, pilares, paragolpes, piezas técnicas, piezas de seguridad, baterías, etc. Estas aplicaciones permitirán reducir el peso de los vehículos para mejorar su huella medioambiental, para favorecer la transición hacia vehículos eléctricos y reducir las emisiones en los vehículos de combustión, a la vez que mejoran la resistencia al impacto que protege el interior del habitáculo aumentando la seguridad de los pasajeros.
Todos estos nuevos grados vienen a aumentar la oferta de la gama Repsol Impacto®, con la que Repsol está en el mercado de la automoción desde hace dos años.
Adicionalmente, esta inversión permitirá ampliar la oferta de grados de polipropileno de alta resistencia al impacto para otras aplicaciones como juguetes, maletas, sillas, envase rígido, cajas, cubos y cartón corrugado, entre otras.
Se trata de una inversión “contracíclica” que demuestra el compromiso de Repsol con el sector de la automoción, continuando con el desarrollo de productos diferenciados para apoyar a este sector en sus actuales desafíos, en particular a los fabricantes, que ven cómo la reducción de la huella de carbono se convierte en una necesidad para vivir en ciudades más limpias y utilizar vehículos más eficientes.