La Universitat Jaume I de Castelló coordinará el proyecto europeo ETHNA System que tiene como objetivo desarrollar e implementar un sistema de gobernanza ética para promover buenas prácticas en investigación e innovación responsables (RRI por sus siglas en inglés) en centros de educación superior, centros de investigación y entidades que financian investigación.
El proyecto, que tiene una duración de tres años y en el que participan diez socios de ocho países, implementará y validará un sistema de gobernanza ética a través de la integración de una oficina ETHNA en la estructura de gestión de seis entidades del consorcio: dos universidades, una de ellas la UJI, dos centros de financiación de la investigación y dos parques tecnológicos de España, Noruega, Estonia, Bulgaria, Austria y Portugal. La oficina ETHNA se apoya en cuatro herramientas: un código ético, un comité de ética, una línea ética de alertas y sugerencias e indicadores para informar sobre el cumplimiento de la RRI.
De esta manera, se pretende contribuir a la implementación de cambios institucionales en las estructuras de investigación e innovación de la Unión Europea desde una perspectiva ética para promover e institucionalizar la RRI, que tiene entre sus pilares básicos la ética e integridad de la investigación, la igualdad de género, la ciencia abierta y el compromiso ciudadano.
«Aunque se ha avanzado en RRI desde el punto de vista de la formación, no tenemos el mismo desarrollo en estructuras innovadoras de gobernanza y ahí es donde aportamos nuestro valor añadido. Vamos a tener en cuenta todas las dimensiones de la RRI, pero el objetivo no es formar en ellas, sino generar una estructura en las instituciones que financian y hacen investigación para que gestionen estas dimensiones de forma ética», explica Elsa González-Esteban, profesora del Departamento de Filosofía y Sociología en la UJI y directora del proyecto. Se trata de un proyecto de investigación del Programa Horizonte 2020 coordinado por primera vez por un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la UJI, pero que implica a otros grupos de investigación.
En este sentido, el grupo de investigación en Ética Práctica y Democracia que lidera el proyecto y que está dirigido por el catedrático Domingo García Marzá aportará su experiencia en la implementación de sistemas de gestión de la ética en organizaciones. Por su parte, el grupo de Derecho, Género e Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres de la UJI, coordinado por el profesor Santiago García Campá, contribuirá en la generación de indicadores para las diferentes dimensiones de la RRI.
González Esteban explica que, en materia de RRI, la gobernanza y la ética son las dos variables más significativas en la RRI y, sin embargo, son las que cuentan con menos investigación e implementaciones. «Mientras que se ha progresado en el ámbito de género y participación ciudadana, la gobernanza es más compleja porque requiere estructuras, recursos y objetivos definidos y, en ocasiones, nos encontramos con organizaciones que, si bien declaran su adhesión a la RRI, no poseen una infraestructura ética de acuerdo con ella», explica. En esta línea, añade que muchas veces se cree que la ética es una materia no definida, como si no se pudiera objetivar, «pero se puede objetivar y mucho; la cuestión es hacerlo bien y con infraestructuras éticas. Desde la UJI hemos trabajado mucho en el campo de la ética aplicada en instituciones y empresas».
En relación a este aspecto, la investigadora del grupo en Ética Práctica y Democracia también recalca que «las ciencias humanas y sociales pueden ser muy fecundas a la hora de orientar y de concretar cómo queremos que sean nuestras instituciones y el objetivo del proyecto está ahí; no solo se trata de decir cómo queremos que sean, sino también concretar el modo en el que lo podemos hacer». Según explica la directora del proyecto, ETHNA System va a permitir producir transformaciones no solo a corto plazo, sino a medio y largo plazo. «Tener estructuras dentro de nuestros sistemas de investigación e innovación que definan de forma clara hacia dónde queremos caminar y que puedan medir si lo estamos haciendo bien o no es importantísimo», apunta.
Paquetes de trabajo
El proyecto se divide en ocho paquetes de trabajo. La UJI, como coordinadora, dirigirá y orientará el proyecto en todas sus fases y se encargará también del paquete de cumplimiento ético, además de garantizar la comunicación interna a lo largo de todo el proyecto.
La Norwegian University of Science and Technology hará una revisión del estado de la cuestión sobre la institucionalización de estructuras de gobernanza ética de la investigación para así aprender de buenas prácticas desarrolladas en Europa.
El tercer paquete lo llevará a cabo la European Network of Research Ethics Committees de Alemania que se encargará de realizar, a través de una metodología participativa, una valoración de necesidades y expectativas de los grupos de interés de las entidades en las que se va a implementar el sistema ETHNA.
El protocolo de la oficina ETHNA lo diseñará el Zentrum für Soziale Innovation de Austria. «Ninguna de las instituciones en las que se desarrollará el sistema tiene una oficina que abarque todos los ámbitos, aunque en cada una vamos a aprovechar procesos que ya están llevando a cabo. Trabajaremos en un protocolo que muestre cómo debería ser implementado, qué objetivos tiene cada herramienta y qué finalidades tiene que tener la oficina. Después se validará el protocolo y se diseñarán indicadores que permitan medir el alcance de las mejoras en cada uno de los ámbitos de la RRI», señala la profesora de Filosofía Moral de la UJI.
La implementación en las seis entidades estará coordinada por la Danish Board of Technology Foundation. Por otra parte, la evaluación y validación del sistema la llevará a cabo el Applied Research and Communications Fund de Bulgaria.
A través de estas acciones se elaborará un manual que servirá de brújula para posibles implementaciones de la oficina ETHNA en entidades que quieran realizar este proceso.
Los paquetes de trabajo incluyen también uno dedicado a la comunicación y diseminación, tanto a público especializado como a la sociedad en general, y estará a cargo de la alemana BIOCOM. «La explotación y difusión de los resultados va a ir en la línea del grupo de investigación y del proyecto con una doble vertiente: por una parte, a la comunidad científica y, por otra, una adecuada transferencia de conocimiento al entorno con el objetivo de que permee en la sociedad. Sin duda alguna, las humanidades muestran con este proyecto su capacidad y fecundidad para transformar nuestra sociedad», apunta la investigadora.