Cuando vemos un vehículo eléctrico en la calle, inmediatamente pensamos en su elemento central: la batería eléctrica. Pero, ¿cuántos de nosotros sabemos que la química jugó un papel clave en la creación de estas baterías?
Muchos procesos químicos están involucrados en la fabricación de una batería.
Especialmente cuando los ingenieros de vehículos se embarcan en la búsqueda de una batería más segura y de mayor rendimiento para un vehículo, trabajan en estrecha colaboración con la industria química para desarrollar tecnologías que harían que la batería sea más eficiente.
Los productos químicos utilizados dentro de la batería hacen que las baterías se carguen más rápido, sean más resistentes al calor y permanezcan eficientes durante los años de carga y descarga.
Construir una batería segura y de alto rendimiento
Aditivos especiales, recubrimientos y aglutinantes, así como materiales compuestos desarrollados por la industria química se utilizan ampliamente para hacer o mejorar los elementos clave de una batería de iones de litio: cátodo, ánodos y electrolitos. Tomemos, por ejemplo, aditivos que influyen en las reacciones electroquímicas en la batería y, por lo tanto, pueden afectar al rendimiento de la batería.
El sobrecalentamiento de las baterías de iones de litio, que reduce el rendimiento de la batería y causa la avería, también se puede resolver con productos químicos.
El uso de materiales compuestos alternativos en lugar de metal es otra solución desarrollada por la industria para hacer que las baterías sean más eficientes. Por ejemplo, el uso de silicio en los electrodos de la batería podría aumentar la gama de vehículos eléctricos varias veces.
Mirando hacia el futuro
La movilidad eléctrica ha avanzado rápidamente en los últimos años. Los coches modernos pueden viajar hasta 400 km sin recargar, cargar en 25 minutos y durar décadas. Pero si queremos progresar con la movilidad eléctrica, la demanda de una tecnología de baterías aún más eficiente, asequible y segura sólo se intensificará en las próximas décadas.
Muchas empresas químicas están aunando sus esfuerzos de investigación y desarrollo para ayudar a crear una batería aún mejor. Si bien las baterías de iones de litio siguen siendo la tecnología más prometedora hasta ahora, también estamos desarrollando otras opciones, por ejemplo, baterías de estado sólido, que pueden soportar mejor las altas temperaturas.
No sabemos qué tipo de tecnología alimentará las baterías de los vehículos dentro de 100 años. Pero es muy probable que cualquier tecnología que se utilice, se desarrollará con la ayuda de la industria química.
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