En concreto, han extraído sustancias sostenibles e innovadoras con propiedades avanzadas como efecto antimicrobiano, liberación de fragancia, y nuevos colores y efectos ópticos.
“Estas sustancias presentan una revolución para sectores como el de alquiler de coches ya que se pueden implementar en piezas expuestas a contaminación por microbios como manetas y salpicaderos”, explica la doctora en Ciencias Químicas y coordinadora del equipo de trabajo de la UA, Mª Carmen Garrigós. “Además, desde un enfoque de economía circular, se han diseñado piezas más sostenibles que contribuyen a disminuir las grandes cantidades de desechos agrícolas que se generan cada día”, añade.
Los residuos seleccionados por los investigadores para el desarrollo de estos extractos han estado determinados por sus propiedades naturales. Los colorantes del limón, el brócoli y la granada han permitido obtener gamas de colores distintos a los sintéticos. “En particular, con la granada hemos comprobado que modificando el pH se puede obtener una amplia gama de tonalidades”, explica Garrigós.
El aceite esencial del limón aporta propiedades antimicrobianas y desprende un olor, característica de interés para algunas industrias. Por su parte, la cáscara de almendra proporciona un aspecto similar a la madera y propiedades de refuerzo natural, es decir, mejora las propiedades mecánicas del material.
A escala de laboratorio, explica la investigadora de la UA, “una vez extraídos los compuestos naturales de los restos de limón, granada, brócoli y almendra, se han introducido en bobinas de filamentos para la impresión 3D de tiradores de puertas y salpicaderos con características mejoradas y propiedades estéticas específicas”.
El método de extracción y funcionalización de las sustancias naturales ha sido desarrollado por el Grupo de investigación de Análisis de Polímeros y Nanomateriales (Nanobiopol) y el Grupo de Visión y Color de la UA en el marco del proyecto europeo Barbara. Otros socios del proyecto han trabajado con residuos de almidón procedentes del maíz para obtener materiales de construcción más resistentes y reforzados.
El equipo de la Universidad de Alicante es también el responsable de la diseminación y difusión de las distintas fases del proyecto que arrancó en 2017 y finalizará el próximo mes de abril de 2020.
El proyecto Barbara, que ya se encuentra en su fase final de verificación y validación de las piezas obtenidas, cuenta con un amplio equipo de diez socios de España, Italia, Suecia y Bélgica que abarcan todos los sectores relacionados con el proyecto.
En concreto, coordinado por el Centro Tecnológico Aitiip y monitorizado por la Universidad Italiana Di Perugia, forman parte de este consorcio europeo con Fecoam y Cargill como proveedores de residuos alimentarios; Celabor, KTH y la Universidad de Alicante, entidades responsables de los procesos químicos de extracción de las moléculas funcionales y polisacáridos; Nurel y Tecnopackaging para el desarrollo de bobinas para impresoras; Aitiip para la impresión 3D y fabricación de prototipos, y por último, como usuarios finales y responsables de la validación de las piezas, FIAT y Acciona.
Con un presupuesto de 2,7 millones de euros, Barbara se enmarca dentro del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.