El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 es cristalino: agua potable para todos de aquí a 2030. Por definición, eso significa no dejar a nadie atrás. Pero, hoy en día, todavía hay miles de millones de personas que viven sin agua potable – en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, el campo, la fábrica– y luchan por sobrevivir y prosperar.
A menudo se ignora a los grupos marginados –mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas con discapacidad y muchos otros– y, a veces, se los discrimina cuando intentan conseguir acceso al agua potable que necesitan y gestionarla.
El Día Mundial del Agua se conmemora el 22 de marzo para hacer frente a la crisis del agua, tratando de resolver las causas por las que tanta gente se queda atrás.
El tema de este año es «No dejar a nadie atrás«. Se trata de una adaptación de la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todo el mundo debe beneficiarse del progreso del desarrollo sostenible.
Cuando hablamos de “agua potable” nos referimos al “servicio de abastecimiento de agua potable gestionado de manera segura”, es decir, agua a la que se puede acceder en las viviendas, cuando se necesita y que no está contaminada.
La química juega un papel esencial en la disponibilidad de agua mediante su potabilización y tratamiento. Los materiales y aplicaciones que desarrolla generan soluciones innovadoras para la gestión sostenible de este valioso recurso.
El 98% del agua potable que se consume en el mundo está purificada con productos químicos.
El agua es la molécula inapelable, esencial para la vida. Recorre la tierra, llena los océanos, ocupa buena parte del aire y discurre por el interior del cuerpo humano. Sin embargo, menos del 3% del total de agua de nuestro planeta es dulce (potable) y de ésta, el 2,5% está congelada en las regiones polares y glaciares. La humanidad debe conformarse con el restante 0,5% para satisfacer sus necesidades de consumo y mantener los ecosistemas.
Aun así, habría suficiente agua para satisfacer la demanda de toda la población mundial, pero se encuentra desigualmente repartida. La abundancia de la que disfrutan muchos países desarrollados ha llevado a un consumo desmesurado mientras otros sufren una notable escasez, que afecta ya a más del 40% de la población mundial y, según la ONU, más de 1.700 millones de personas viven en cuencas fluviales donde el consumo de agua es superior a la recarga.
Para no dejar a nadie atrás, debemos concentrar nuestros esfuerzos en incluir a las personas que han sido marginadas o ignoradas. Los servicios de abastecimiento de agua deben satisfacer las necesidades de los grupos marginados y sus voces deben ser tenidas en cuenta en los procesos de adopción de decisiones. En los marcos normativos y jurídicos debe reconocerse el derecho de todos al agua, y debe proporcionarse financiación suficiente, de forma equitativa y efectiva, para los que más la necesitan.
El problema se agrava por el aumento de la demanda, debido a una población mundial creciente, y por la incidencia del cambio climático. Además, el agua es también un recurso esencial para la industria y la agricultura y su gestión requiere un enfoque integrado, que incluya la reutilización, el reciclado y la gestión de las aguas residuales, así como la recuperación de materiales y productos susceptibles de reutilización.
Agua al alcance de todos
La disponibilidad de agua potable es un desafío para la humanidad al que la química viene aportando soluciones desde hace décadas. Gracias a la desinfección y potabilización del agua, ya sea mediante cloro, radiación ultravioleta, oxígeno, ozono o peróxido de hidrógeno, hoy podemos beber agua sin riesgo de contraer enfermedades. Además, se están incorporando también nuevas tecnologías para la desalación de agua de mar y descontaminación de aguas residuales.
El Día Mundial del Agua está coordinado por ONU Agua , un mecanismo de colaboración de las Naciones Unidas para temas relacionados con el agua potable en el que participan gobiernos y otras entidades.