La Universitat Jaume I de Castellón (UJI) ha firmado un convenio de investigación con la empresa FACSA, para el desarrollo conjunto del proyecto «El papel de las aguas residuales en la detección de COVID-19: evolución de la pandemia y rol en el control preventivo de futuros rebrotes», enmarcado el en estudio COVID WATER financiado por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI).
La investigación contempla el seguimiento en zonas afectadas por la pandemia COVID-19 o de importancia geográfica dentro del territorio valenciano, a fin de conocer la evolución del brote de SARS-CoV-2. En este contexto, el diagnóstico se llevará a cabo desde distintos puntos de la red de alcantarillado y a la entrada de las EDAR aplicando los principios de la epidemiología basada en el análisis de las aguas residuales conocida como WBE (del inglés Wastewater-Based Epidemiology), una disciplina científica reciente cuyo fin es aplicar las ciencias analíticas al análisis de aguas residuales con el fin de conocer la exposición humana a diversos compuestos químicos o a agentes patógenos.
Esto permitirá conocer la amplitud de la problemática de una manera indirecta dado el aumento de la capacidad de detección, así como disponer en un futuro de un sistema de alerta temprana, ya que la epidemiología preventiva basada en el estudio de aguas residuales puede ser una herramienta valiosa para conocer la evolución de esta y futuras pandemias, así como detectar de manera precoz nuevos brotes o repuntes de infección en las poblaciones objeto de estudio.
Con todo ello, las labores a realizar por el equipo multidisciplinar de la UJI se centrarán en dos aspectos. El primero de ellos tendrá por objeto obtener los indicadores epidemiológicos (número de casos confirmados, tasas de incidencia y prevalencia) en las poblaciones incluidas en el estudio y el segundo lograr la correlación de los datos epidemiológicos con los obtenidos en la cuantificación del genoma del virus en aguas residuales de las poblaciones mencionadas, aplicación de los principios de WBE, evaluación de los datos obtenidos y posibilidades de aplicación de esta aproximación en futuros estudios.
Tal como ha apuntado Ernesto Santateresa, responsable del Área de Calidad Ambiental de FACSA, «el estudio de epidemiología a través del control analítico de las aguas residuales nos permitirá disponer de información agregada sobre la evolución de la enfermedad en una aglomeración urbana que, junto con la información que publican las autoridades sanitarias sobre la evolución clínica de la pandemia, hará posible comparar y analizar las relaciones con respecto a lo que se detecta en el agua, gracias a tecnologías de la información avanzadas que nos ayudan a extraer conclusiones y configurar herramientas que permitirán a la autoridades tomar mejores decisiones en cuanto al control de esta pandemia, sus rebrotes e incluso futuras pandemias».
Cabe tener en cuenta que, tal como ha proseguido Santateresa, «estos estudios han resultado ya eficaces para la monitorización de otras enfermedades, como es el caso del virus de la polio en Israel (2013) o los estudios sobre el consumo de drogas y medicamentos por parte de la población que se realizan periódicamente en la ciudad de Castelló junto a otras ciudades europeas».
El trabajo a realizar en la UJI estará coordinado por el profesor Félix Hernández, director del Instituto Universitario de Plaguicidas y Aguas (IUPA), y para ello contará con un equipo multidisciplinar formado por 10 investigadores especializados en química analítica, en epidemiología (incluida la aproximación basada en el análisis de las aguas residuales) y microbiología. Por parte de FACSA, actuarán como interlocutores Ernesto Santateresa Forcada y Nuria Zamorano López, quienes también cuentan con un equipo de trabajo creado en FACSA, específicamente para desarrollar trabajos relacionados con la detección de material genético de SARS-CoV-2 en aguas residuales.
El profesor Félix Hernández ha recalcado la necesidad de trabajar con equipos multidisciplinares en temas tan complicados como el abordado en este proyecto. «No solamente hacen falta especialistas en epidemiología clínica, sino también en temas relacionados con aguas residuales, así como expertos en análisis mediante la técnica PCR en muestras complejas como son las aguas residuales. Así mismo, la colaboración entre FACSA y la UJI es esencial para organizar de la forma más correcta la toma de las muestras (periodo y puntos de muestreo, conservación de las muestras). El trabajo que estamos llevando a cabo es un buen ejemplo de la colaboración eficiente y enriquecedora entre empresa y Universidad, de la que claramente puede salir beneficiada la sociedad en un tema que nos preocupa tanto, y con consecuencias tan graves como la pandemia que estamos sufriendo».
Esta colaboración se enmarca dentro del proyecto COVID WATER, financiado por la Agencia Valenciana de la Innovación en el marco de la llamada a proyectos que supusieran nuevas capacidades del sistema valenciano de la innovación en la lucha contra la COVID-19. En este sentido, COVID WATER busca mejorar la capacidad preventiva del Estado español de cara a la presente epidemia por COVID-19 generada por el virus SARS-CoV-2, ya que este proyecto desarrollará un mapa epidemiológico que combine los resultados experimentales obtenidos por análisis en el agua residual, los datos del diagnóstico clínico y otros indicadores de interés como socioeconómicos y ambientales.