El pasado 24 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto que actualiza el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030), con compromisos más ambiciosos de descarbonización y que incluye varias propuestas presentadas por la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) durante la consulta pública de 2023. Entre las medidas destacadas se encuentra un mayor apoyo a las tecnologías de captura, almacenamiento y uso de CO2, que tendrán un papel crucial en la descarbonización industrial, así como el fomento del hidrógeno renovable en sectores industriales de difícil abatimiento.
Además, el nuevo plan también incluye cuestiones relevantes para el sector como el reciclado químico, y la agilización de los procesos de tramitación de permisos, aspectos ausentes en versiones anteriores.
El Plan contempla un importante esfuerzo inversor de 308.000 millones de euros hasta 2030, con un 82% de capital privado.
Desde Feique se continuará trabajando con los diferentes Ministerios implicados para lograr el reconocimiento de otras cuestiones necesarias para impulsar la descarbonización del sector, como son el reconocimiento del hidrógeno bajo en carbono, y el desarrollo legislativo sobre la gestión industrial del carbono. Asimismo, se trasladará la necesidad de disponer de un análisis de impacto realista que permita dimensionar los recursos necesarios para lograr alcanzar los objetivos del PNIEC.
Apoyo a las tecnologías de captura de CO2 y su aplicación industrial
El nuevo PNIEC incorpora, como una de sus principales novedades, más palancas de apoyo para la descarbonización de la industria, entre las que están las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCUS por sus siglas en inglés), a las que hace numerosas referencias.
La Medida 1.10 del plan resalta el papel del CCUS para sectores de difícil abatimiento donde no existen mejores alternativas, como puede ser el caso de las emisiones de proceso. También subraya la importancia de su desarrollo inicial a través de proyectos demostradores, incluyendo bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS). Este tipo de tecnologías, según el Plan, solo se implantarán como último recurso, cuando la mejora de la eficiencia energética no sea suficiente y sin que desincentiven la eliminación de los combustibles fósiles.
El Plan también indica que se valorará la necesidad de desarrollo de una planificación y posterior regulación, que se encuentra aún en un estado incipiente, especialmente en lo relativo al potencial de uso del CO2 capturado para diferentes procesos.
En la industria química el CO2 capturado podría usarse como materia prima para fabricar productos como polímeros, plásticos o disolventes, entre otros. Además, el hidrógeno renovable jugará un papel clave en la producción de combustibles sintéticos utilizando el CO2 capturado, ayudando a mitigar las emisiones en sectores como el transporte.
Además de la inversión anunciada, las tecnologías de captura de CO2, se verán respaldadas por el Fondo de Innovación y los PERTEs, para facilitar su implementación. También se hace referencia al Plan Estrateigo Europeo de Tecnologías Energéticas, SET-Plan, que también se ha actualizado para alinearse con las iniciativas europeas como el Net-Zero Industry Act. El SET-Plan apoyará acciones público-privadas para desarrollar negocios de cooperación para las cadenas de valor emergentes de captura, almacenamiento o uso de carbono.
Otros aspectos destacados del PNIEC actualizado
El Plan actualizado, remitido a la Comisión, también introduce algunos de los objetivos más ambiciosos hasta la fecha en línea con los objetivos europeos del «Fit for 55» y «REPowerEU». Entre ellos, destaca la propuesta de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en un 32% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, superando el objetivo anterior del 23%. Además, se prevé un crecimiento del 34% en la demanda eléctrica respecto a 2019, un aumento significativo en comparación con el 5% proyectado en el primer PNIEC.
En cuanto al consumo de hidrógeno en la industria, se establece un objetivo vinculante del 74% de combustibles renovables de origen no biológico (llamados RFNBO por sus iniciales en inglés) con respecto al consumo total de hidrógeno, en comparación con el 42% establecido a nivel europeo. Asimismo, se contempla la instalación de 12 GW de electrolizadores para la producción de hidrógeno verde, triplicando el objetivo de 4 GW establecido en la Hoja de Ruta del Hidrógeno.