- La Compañía presenta su hoja de ruta para alcanzar las emisiones cero en 2050
- La adopción de las tecnologías puente, clave para asegurar la autonomía estratégica del sector químico y su competitividad durante todo el proceso
- El almacenamiento de CO2 es una fórmula en crecimiento, ya utilizada con éxito en los Estados Unidos y el norte de Europa
Dow reivindica la importancia del hidrogeno circular y el almacenamiento de dióxido de carbono para alcanzar la neutralidad climática. La compañía ha presentado este martes la hoja de ruta para dejar de emitir CO2 en la atmósfera en el año 2050, proceso durante el cual les tecnologías puente deben tener un peso fundamental. La presentación ha tenido lugar en el Complejo Industrial de Dow Tarragona, y ha contado con la presencia del director del complejo, Ignasi Cañagueral; el presidente de Dow Chemical Ibérica, Antonio Logroño; la directora de Relaciones Institucionales de Dow a España, Marianne Berthelot, i Paula Fernández-Canteli, jefa de proyecto del Instituto Geológico y Minere de España (IGME – CSIC).
Dow ha presentado su compromiso para alcanzar la neutralidad climática de su complejo en Tarragona, hecho que supondría una reducción de cerca de un millón de toneladas de CO2 cada año. Estas emisiones provienen fundamentalmente del cracker, ubicado en el polígono norte, un elemento de alto valor para la industria química, ya que es el encargado de producir las materias primeras, como el etileno y el propileno, con las que se elaboran los componentes químicos que posteriormente se transforman en productos de consumo de múltiples ámbitos (sanitario, alimenticio, textil, automovilístico, etc.), indispensables en la sociedad actual.
El cracker, por lo tanto, proporciona autonomía estratégica al territorio y al conjunto del Estado, y se encuentra al inicio de la cadena de valor de todo el sector químico, motor económico de la demarcación. Según datos de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), el clúster químico de Tarragona es responsable del 50% de la producción química de Cataluña y del 25% de la producción química de España, además de proporcionar 11.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Por todo ello, el presidente de Dow Chemical Ibérica, Antonio Logroño, ha subrayado el papel fundamental de Dow y del conjunto del sector químico en la sociedad actual. «Somos un motor económico, creamos lo esencial y somos estratégicos».
La hoja de ruta de Dow contempla tres fases, que se desarrollan progresivamente hasta 2050:
- La primera prevé una reducción de emisiones de hasta el 20% de CO2 (siempre con respecto a las emisiones de 2020) gracias a la electrificación y la ejecución de proyectos de eficiencia energética. Las mejoras introducidas en el cracker en las paradas de 2021 y, especialmente, las que se ejecutarán en la parada prevista en 2029 son los principales hitos de este periodo.
- La segunda fase, que se extendería durante las décadas de 2030 y 2040, contempla el uso de las conocidas como ‘tecnologías puente’, come el hidrógeno circular o la captura y almacenamiento de CO2 (CCS, según las siglas en inglés). El desarrollo de estas tecnologías estima una reducción de hasta el 90% de las emisiones de CO2.
- En el año 2050 se prevé haber llegado a la tercera fase, la del cumplimiento de la neutralidad climática, es decir, que ya no se emitiría CO2 en la atmósfera. Para que sea una realidad, se trabajan en la implantación de tecnologías como la electrificación del cracker o el aprovechamiento del hidrógeno verde.
Todo ello supone un escenario de transformación de gran importancia. “La sociedad nos ha pedido que nos transformemos y nos tomamos el reto como un desafío de gran importancia. Como que Dow y, más concretamente, nuestro cracker, se encuentran en el inicio de la cadena producción, nuestra descarbonización facilitarían en cadena la eliminación o disminución de emisiones en muchos otros procesos”, ha destacado Antonio Logroño.
Según el director del Complejo Industrial de Dow en Tarragona, Ignasi Cañagueral, hay que garantizar la adopción de estas tecnologías puente para asegurar la competitividad de Dow en el territorio, en un contexto de un mercado global. “Si queremos y se nos pide rebajar las emisiones de CO no podemos esperar hasta el año 2050 a disponer de las fuentes de energía óptimas. Tenemos que ser competitivos durante todo el proceso, mientras encaramos esta transformación tan relevante. Si no garantizamos la producción de un etileno de calidad a un precio razonable, la competencia es feroz y podemos quedarnos atrás”.
Durante las intervenciones se ha constatado que a corto plazo utilizar hidrógeno renovable como fuente de energía para el cracker no es una opción viable, ya que no es una solución suficientemente madura. Marianne Berthelot, directora de Relaciones Institucionales de Dow en España, insistió en que es necesaria la colaboración de las administraciones y del conjunto de la sociedad para el desarrollo de las tecnologías puente: “Tanto la nueva Comisión Europa, que ya contempla la captura y almacenamiento de CO2 como una tecnología clave para avanzar en la descarbonización de la industria; como el PNIEC Español, que menciona la tecnología para las industrias difícil de abatimiento y las emisiones de proceso, facilitan el despliegue tecnológico necesario para poder invertir».
Por su parte, la reputada investigadora Paula Fernández-Canteli, experta en recursos energéticos, ha constatado que el almacenamiento de CO2 es una “tecnología segura y contrastada, como lo demuestran los numerosos proyectos ya en funcionamiento o en desarrollo en distintos lugares del mundo, principalmente en Estados Unidos y el norte de Europa”.
En un contexto de crisis energética en la Unión Europea y de emergencia climática mundial, Dow quiere contribuir, con su descarbonización, al progreso de la industria química y al desarrollo del polígono químico en Tarragona.