Sea cual sea tu presupuesto seguro que tienes una pequeña fortuna invertida en ellos. Maquillaje, cremas pinturas de todo tipo. ¿No te da rabia que se estropeen, sequen o pierdan sus propiedades?
La mayoría de los cosméticos tienen una fecha de caducidad, pero no es exacta, como la de algunos alimentos. En el caso de cremas, maquillajes o productos solares se trata más bien de un tiempo de uso determinado que empieza a contar una vez abierto el envase, en condiciones normales. Así que lo mejor sería apuntar en la misma caja el día que se comienza a usar (porque lo normal será no acordarse de memoria de la fecha).
Pasada esa fecha, no se puede garantizar que sus propiedades estén intactas y, por tanto, no se asegura que consiga la finalidad para la que fueron creados (hidratar, dar color, prevenir el envejecimiento etc.).
Cremas, champús, serum…
Las cremas, serum, leches limpiadoras por ejemplo tienen unas condiciones generales de almacenamiento que se indican en el envase o caja y que generalmente aconsejan conservarlos a una temperatura entre 15 y 25 grados centígrados.
Cuando estos productos son sometidos a más temperatura de la que pueden soportar, la emulsión se rompe, y las fases de agua y aceite se separan.
En general el vidrio es mejor que el plástico como envase para muchos productos pero es pesado y suele presentar productos más caros.
Desde STANPA (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) nos dicen que lo mejor es aplicar el sentido común. En fin no conviene poner esos productos cerca a fuentes de calor o al sol. Tampoco aerosoles y siempre mantener el envase cerrado después del uso. Además, como la mayoría de los productos en crema, a no ser que tengan un aplicador o un difusor, se utilizan introduciendo los dedos, hay que hacerlo con las manos limpias.
Pero el frío tampoco es lo mejor para algunos productos porque puede llevar a que precipiten los ingredientes del compuesto.
Solares
Son cremas diseñadas para aguantar más calor (se les somete a pruebas de hasta 60 grados) porque están fabricadas para usarse en la playa, en la montaña o la piscina en verano. Eso sí tampoco es cuestión de dejarlos en la guantera del coche a pleno sol en agosto.
Si el producto está caducado simplemente pierde sus propiedades.
Maquillajes
Polvos compactos, coloretes, sombras de ojos… Este tipo de productos no están fabricados en un medio acuoso y, por tanto, no se dan las condiciones para la contaminación o el desarrollo de bacterias, pero algunos llevan productos grasos para fijar los pigmentos que se pueden oxidar, igual que pasaría con un aceite de oliva virgen que tuviéramos guardado un año. Si eso ocurriera, no causaría daño alguno, pero el producto perdería propiedades. Se resecaría y la aplicación no sería tan agradable.
El verdadero riesgo con los maquillajes está muchas veces en el aplicador, así que la higiene de brochas y pinceles no debe descuidarse ni compartir determinados productos como labiales o máscara de pestañas por pura higiene y precaución.
Esmaltes
Un esmalte si está bien cerrado y se conserva en un lugar fresco, puede durar varios años. Es conveniente agitarlos de vez en cuando o, si llevan mucho tiempo sin usar, agitarlos enérgicamente y luego dejarlos reposar unos 30 minutos para que no salgan burbujas al utilizarlos.
La luz no les afecta, pero la temperatura sí. Si el esmalte está muy caliente se seca antes y da problemas al pintar, así que hay que conservarlos en lugar fresco.
Si se queda seco, incluso se puede intentar recuperarlo antes de optar por tirarlo. Hay fluidificantes de algunas marcas que les pueden dar una segunda vida.
Por resumir: temperatura, conservación e higiene parecen ser las pautas importantes.