Air Liquide ha finalizado la construcción del electrolizador PEM (siglas en inglés de Membrana Intercambiadora de Protones) más grande del mundo. Esta unidad, alimentada con energía renovable, ya produce hasta 8,2 toneladas al día de hidrógeno bajo en carbono en Bécancour (Quebec). El Grupo confirma con esta nueva inversión a gran escala su compromiso a largo plazo en los mercados del hidrógeno energía y su objetivo de convertirse en un actor importante en el suministro de hidrógeno bajo en carbono.
Con una capacidad de 20 MW, este nuevo electrolizador PEM dotado con la tecnología de Cummins[1] es la planta más grande de este tipo en funcionamiento en todo el mundo en este momento y permitirá responder a la creciente demanda de hidrógeno bajo en carbono en Norteamérica. La proximidad de Bécancour con los principales mercados industriales de Canadá y Estados Unidos contribuirá a garantizar el aprovisionamiento de hidrógeno bajo en carbono para uso industrial y para la movilidad. La puesta en marcha de dicha unidad de electrólisis aumenta en un 50 % la capacidad de producción de hidrógeno de Air Liquide en la planta de Bécancour.
En comparación con un proceso de producción de hidrógeno tradicional, esta nueva unidad de producción permitirá evitar la emisión de casi 27.000 toneladas de CO2 al año, es decir, las emisiones anuales de unos 10.000 coches. La elección de Bécancour está ligada a dos características de la planta: por un lado, el acceso a la abundante energía renovable suministrada por Hydro-Québec y, por otra, la proximidad con el mercado de la movilidad con hidrógeno del noroeste del continente.
Susan Ellerbusch, Directora General de Air Liquide Norteamérica y miembro del Comité Ejecutivo, declaró: «La lucha contra el cambio climático se encuentra en el núcleo de la estrategia del grupo Air Liquide. La inauguración de la planta de Bécancour (Canadá) marca una etapa importante en la puesta en marcha de esta estrategia. Con esta primicia mundial, Air Liquide confirma su compromiso a favor de la producción de hidrógeno bajo en carbono a escala industrial y su capacidad para desplegar desde ahora las soluciones tecnológicas correspondientes. El hidrógeno jugará un papel esencial en la transición energética y en el surgimiento de una sociedad baja en carbono.»