Air Liquide anuncia la construcción de una planta piloto de craqueo de amoníaco (NH3) a escala industrial en el puerto de Amberes, Bélgica. Transformado en amoníaco, el hidrógeno puede transportarse fácilmente a grandes distancias. Gracias a una tecnología innovadora, esta planta permitirá convertir, con una huella de carbono optimizada, el amoníaco en hidrógeno (H2). Con esta tecnología de cracking, Air Liquide seguirá contribuyendo al desarrollo del hidrógeno como elemento clave de la transición energética.
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