El Consejo Europeo de la Industria Química (Cefic) estima un crecimiento del 1% en la producción química de la Unión Europea para el próximo año, un tímido incremento que se produciría tras un complejo período marcado por una caída de la producción del 7,6 % en 2023 y del 6,3% en 2022.
La retracción de la producción química europea en los últimos años –especialmente en petroquímica, polímeros primarios e inorgánica básica– ha estado motivada, principalmente, por el aumento de los precios de la energía y la disminución significativa de la demanda. Asimismo, sectores cliente como el automovilístico y otras industrias demandantes han experimentado también una desaceleración en 2023, que, junto al aumento de la inflación, la disminución del poder adquisitivo y una agenda regulatoria compleja y costosa en Europa, han contribuido a esa desaceleración.
Marco Mensink, director general de Cefic, ha destacado que “la actual falta de demanda está afectando a la industria química en todo el mundo. Una vez estabilizadas las cadenas de valor y el impacto de la inflación en los mercados globales, ahora se puede ver una primera señal de recuperación. Sin embargo, los costes energéticos siguen siendo el talón de Aquiles de la industria química europea y ninguna otra región del mundo se ha visto afectada como la nuestra. Esto, junto con los altos costes de las materias primas, está provocando que la industria pierda competitividad en los mercados químicos globales. Mientras que en otras regiones las empresas esperan volver a invertir, especialmente en Estados Unidos y el Golfo, las inversiones en Europa se encuentran bajo una enorme presión. Los impactos del IRA estadounidense apenas comienzan a sentirse en todo el mundo”.
De cara a 2024, Cefic espera una normalización gradual de las estructuras de la demanda. Se espera que el crecimiento previsto del poder adquisitivo, junto con la disminución de las tasas de inflación y el aumento de los salarios, impulsen la demanda privada.
Sin embargo, las expectativas de crecimiento para 2024 siguen siendo limitadas. Los elevados tipos de interés siguen frenando la demanda en el sector de la construcción y no se espera que la industria del automóvil crezca más allá de los niveles de producción alcanzados en 2023. Por lo tanto, las perspectivas económicas generales para la industria química de la UE siguen siendo inciertas.
Por otra parte, las economías emergentes estratégicas están creciendo más rápido que la UE, y, a su vez, Estados Unidos y China continúan superando a todas. En 2022, China se convirtió en el mayor socio comercial de productos químicos de la UE, multiplicando por 4,5 la dependencia comercial con China.