La Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) ha sido protagonista este jueves por la mañana de una nueva edición del ciclo «Bon dia Tarragona» que organiza la Cambra de Tarragona, donde ha destacado que el futuro del sector en el territorio pasa por grandes ejes como la seguridad, la sostenibilidad, la transparencia o la competitividad, y por la transición al hidrógeno como proyecto prioritario.
Bajo el título «La Industria Química mira al futuro«, la sesión, que se ha desarrollado de manera telemática, ha servido también para poner de manifiesto que, para dar respuesta a los muchos retos que tiene por delante, la industria necesitará, además, de la cooperación y complicidades externas y de la suma de esfuerzos con el resto de agentes del territorio, con el fin de preservar su competitividad en condiciones de igualdad con el resto de Europa.
La jornada se ha iniciado con las palabras de bienvenida de la presidenta de la Cambra de Tarragona, Laura Roigé, quien cree que la industria química «será, sin duda, determinante en el camino de la recuperación que deberemos emprender, si no lo estamos emprendiendo ya, para impulsar la economía y la competitividad en las comarcas de Tarragona». «El músculo de la Química nos resulta, pues, imprescindible también para hacer frente a los retos de futuro. Para hacer frente, en definitiva, al mundo de la post pandemia», ha añadido la presidenta del ente.
Más que un motor económico
Posteriormente, ha cedido la palabra al presidente de la AEQT, Rubén Folgado, y los dos vicepresidentes, Ignasi Cañagueral y Manu Segura. En la primera parte de la presentación, Folgado ha puesto en valor el presente de la industria y su contribución al territorio, que va más allá del impacto económico, e incluye también la atracción de talento e infraestructuras, el impulso de centros docentes y de investigación, o la fabricación de productos esenciales e innovadores.
Además, Cañagueral y Segura han destacado cómo la industria desarrolla esta actividad en condiciones de máxima seguridad. Esta se manifiesta tanto en las medidas, tecnologías, protocolos y proyectos conjuntos desarrollados en esta área, así como en los resultados: los índices demuestran que la química es uno de los sectores más seguros, tanto en número de accidentes como en su gravedad. Los accidentes graves, tal como demuestran los datos, son muy excepcionales.
Horizonte 2023
A pesar de ello, el sector naturalmente no se conforma y por este motivo, hablando ya de futuro, la seguridad vuelve a ser el primer punto del nuevo Plan Estratégico que la AEQT ha puesto en marcha este año. Este plan, ha explicado Folgado, se ha configurado teniendo en cuenta tres fuentes de inspiración: los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas; las aportaciones, sugerencias e inquietudes recogidas durante el año 2020 de la sociedad del entorno en cerca de 200 encuentros con entidades, organizaciones…; y la necesidad del propio sector de continuar siendo competitivo.
Una por una, Cañagueral y Segura han ido desgranando las 9 líneas estratégicas del Plan, que se agrupan en cuatro grandes bloques: seguridad y sostenibilidad; competitividad e innovación; territorio y sociedad; y comunicación y posicionamiento. Cada línea incluye a su vez acciones estratégicas concretas, entre ellas, por ejemplo, el establecimiento de sistemas conjuntos de la mejora continua de la seguridad o del medio ambiente.
Esto implicará el establecimiento de unos estándares mínimos comunes para todas las empresas de la AEQT en las áreas de la seguridad y de la protección medioambiental, que vayan más allá de la legislación, y que serán certificables y auditados externamente.
El Plan también da un papel protagonista en la transición energética hacia un modelo basado en el hidrógeno, y establece otras acciones en ámbitos clave como el impulso de la innovación, el fomento y la captación del talento, o la recuperación de la confianza de la sociedad a través de una mayor divulgación, proximidad y transparencia.
Llamamiento al territorio
Por último, Rubén Folgado ha querido remarcar que, para superar todos estos retos, no es suficiente con que el sector cumpla con su parte mediante el desarrollo de este ambicioso Plan Estratégico. Para muchos de ellos será necesaria, además, la colaboración y complicidad del Camp de Tarragona en su conjunto y, en particular, de las Administraciones Públicas, a la hora de dotar al territorio de unas condiciones de competitividad en igualdad con el resto de Europa.
Es por ello que el futuro de la industria química de Tarragona pasa también por cuestiones que no dependen sólo del sector, tales como la implementación de las redes cerradas de distribución eléctrica, que acumulan 12 años de retraso, el impulso al Valle del Hidrógeno de Catalunya, o el desarrollo de infraestructuras viarias y ferroviarias claves, como el Corredor Mediterráneo o la A-27. |
Será, pues, la suma de las acciones que internamente desarrolle el sector a través de su Plan Estratégico, y de la situación de competitividad del territorio en función de variables como las expuestas, lo que determinará la viabilidad, a futuro, del sector químico en el Camp de Tarragona. Todas ellas son cuestiones, ha remarcado Folgado para terminar, que se deciden y ejecutan ahora, pero que tendrán mucha influencia en las próximas décadas.